Toxina Botulínica

Descripción del servicio

¿Te imaginas suavizar las arrugas sin perder tu expresión natural? La aplicación de toxina botulínica en el tercio superior del rostro es uno de los tratamientos estéticos más efectivos y solicitados para rejuvenecer la mirada y prevenir el envejecimiento prematuro. ¿Qué tratamos con esta técnica? La toxina botulínica (conocida popularmente como "botox", aunque hay varias marcas en el mercado) relaja de forma temporal los músculos responsables de las arrugas de expresión. Se aplica con microinyecciones en zonas específicas del tercio superior: Frente: suaviza las líneas horizontales causadas por el gesto de levantar las cejas. Entrecejo (glabela): reduce las famosas “líneas del enojo” o arrugas verticales. Patas de gallo: difumina las arrugas que se forman alrededor de los ojos al sonreír. Beneficios del tratamiento: - Rejuvenece sin perder naturalidad - Previene la formación de arrugas profundas - Procedimiento rápido, indoloro y sin tiempo de inactividad - Resultados visibles entre 3 a 7 días - Efecto de 3 a 5 meses (dependiendo de cada persona) ¿Para quién está indicado? Este tratamiento es ideal tanto para quienes desean corregir arrugas existentes, como para quienes buscan una prevención temprana del envejecimiento facial. Puede aplicarse desde los 25-30 años en adelante, dependiendo del estilo de vida, la gesticulación facial y los objetivos estéticos. ¿Cómo es el procedimiento? Tras una evaluación personalizada, se realiza la limpieza del área y se aplica la toxina con agujas ultrafinas. El tratamiento es rápido, seguro y ambulatorio. No deja marcas visibles y puedes retomar tus actividades el mismo día. En Dermony preferimos trabajar con la marca Xeomin ya que es la única que no contiene excipientes animales como la lactosa. Sin embargo, también contamos con la alternativa de utilizar Botox, Meditoxin o Reage. ¿Quieres lucir una expresión descansada, joven y armónica? Reserva tu evaluación y diseñemos juntos tu protocolo ideal. La belleza no tiene edad, pero sí una actitud (¡y una toxina estratégica!).