1. ¿Qué tratamiento es el más adecuado para mí?
La mejor forma de saberlo es a través de una evaluación dermoestética personalizada, donde analizo tu rostro, tu piel y tus objetivos. No existe un "tratamiento universal", sino el que mejor se adapta a ti.
2. ¿Los resultados se ven naturales?
¡Sí! El objetivo es respetar tu armonía facial, realzar tu belleza natural y lograr resultados sutiles pero notorios. Nada de rostros congelados ni cambios extremos.
3. ¿Es doloroso el procedimiento?
La mayoría de los tratamientos son mínimamente invasivos y se realizan con anestesia tópica o local. Las molestias son leves y momentáneas.
4. ¿Cuánto duran los resultados?
Depende del tipo de tratamiento:
- Toxina botulínica: 3 a 6 meses
- Ácido hialurónico: 8 a 18 meses
- Bioestimuladores: 12 a 24 meses
- Skin boosters: 4 a 6 meses
Siempre recomiendo sesiones de mantenimiento para prolongar los efectos.
5. ¿Hay efectos secundarios o tiempo de recuperación?
Generalmente no hay tiempos de reposo prolongados. Puede aparecer un leve enrojecimiento, inflamación o pequeños hematomas en la zona, que desaparecen en pocos días.
6. ¿Qué productos se utilizan? ¿Son seguros?
Solo utilizo productos certificados por ISP, FDA o EMA, con respaldo científico y alta biocompatibilidad. La seguridad de cada paciente es mi prioridad.
7. ¿Puedo hacerme más de un tratamiento a la vez?
Sí, de hecho muchos protocolos combinan tratamientos para potenciar los resultados. Todo depende de tu evaluación y los tiempos de acción de cada técnica.
8. ¿Puedo volver a mi rutina después del procedimiento?
En la mayoría de los casos, sí. Puedes retomar tus actividades normales casi de inmediato, aunque te entregaré indicaciones específicas post procedimiento para asegurar una buena recuperación.
9. ¿Cuándo empiezo a ver resultados?
- Toxina botulínica: entre 3 y 7 días
- Ácido hialurónico: resultados inmediatos
- Bioestimuladores: efectos progresivos desde la semana 4
- Skin boosters: mejora visible desde la segunda semana
10. ¿Hay contraindicaciones?
Sí, algunos tratamientos no se realizan en embarazadas, personas con ciertas enfermedades autoinmunes o en casos de infecciones activas en la zona a tratar. Por eso es fundamental una evaluación previa.